Elda Mata es presidenta de Sociedad Civil Catalana (SCC) desde el pasado mes de abril. Nacida en Barcelona, ha pasado gran parte de su vida en un pequeño pueblo de Gerona, en el corazón del independentismo catalán. Le tomó el relevo a Fernando Sánchez. “Las líneas de actuación serán similares. Quizá tengamos estilos diferentes, porque el mío es más directo, más concreto”, dice a El Confidencial. Su ejecutiva también es un poco más reducida, pero matiza que es “100% sociedad civil. No tenemos ningún cargo orgánico de ningún partido en la junta”. Subraya que ella cree en el empuje de la gente y de esa sociedad civil, por algo estuvo 17 años al frente de Cruz Roja en Girona, al margen de sus responsabilidades en el ámbito de la empresa privada.
La nueva líder de SCC, que es la principal organización constitucionalista de Cataluña, espera un aumento de la tensión en las calles catalanas. “Socialmente, es difícil que no haya un repunte de la tensión, porque la situación económica se va deteriorando. Y aquí aprovecharán la situación económica y el descontento social para manipular la calle”, advierte. No hay que olvidar tampoco que este año se cumplen cinco años del atentado de las Ramblas y del referéndum del 1 de octubre, lo que es una efeméride que el extremismo catalanista intentará aprovechar para tensionar el ambiente.
“El independentismo se ha convertido en un modus vivendi. Es repetitivo”, se queja Mata. Y reclama un mayor apoyo del Gobierno. “Nuestra principal preocupación es que no se cumplen las sentencias. Cuando permites que no se cumplan las sentencias, estás deshumanizando a la gente. Y cuando deshumanizas a los constitucionalistas de Cataluña, eso es socialmente reprobable”, acusa.
Además de hacer frente a otra ofensiva independentista tras las vacaciones de verano, Elda Mata resalta que la principal preocupación que tiene SCC en estos momentos es “el cumplimiento del Estado de derecho”. Pone como ejemplo la sentencia del 25%, que el Govern de la Generalitat se negó a cumplir desde el primer momento, hasta que se cambió la ley para evitar tener que cumplirla. “Hablé el otro día con el padre de Canet, que fue el que puso el recurso que dio lugar a la sentencia, y me contaba que está acosado. Sus hijos han sido excluidos incluso de fiestas. Y el Gobierno español ni siquiera les apoyó. Ahí es donde pedimos que se cumpla la ley, que tengamos un estado de derecho como un país democrático”.
“¿Han cedido en algo los nacionalistas?”
Mata se duele también de que cuando se transige en el cumplimiento de las sentencias se entra en un terreno pantanoso. “¿Cómo es que no se cumplen las sentencias? ¿Por qué mi hijo, si es castellanohablante, no puede estudiar en su idioma materno? ¿Es que acaso mis hijos no tienen los mismos derechos que los suyos? Esto parece la Alemania de los años 30 del siglo pasado. Todavía no nos han dado un número porque no los dejan. Aquí no se hace política. Se hace acoso desde el primer minuto”.
Lo dice una catalana a la que en su pueblo le han pintado la casa con lemas intimidatorios. Y le han destrozado el portal. Y le han envenenado las plantas. Y le cortaron las ramas de un olivo apilándolas a unos metros. “Como intimidando y diciendo ‘¿ves lo que podemos hacer cuando nos dé la gana?’. Todo viene de la sensación de impunidad que tienen. Pero la única manera de romper esto es perder el miedo”, manifiesta la presidenta de SCC.
Recrimina no sólo el abandono del Gobierno español a los constitucionalistas en Cataluña. También critica que en la mesa de negociación entre el Gobierno español y el de la Generalitat sólo ceda el Gobierno central. “Sentarse con los separatistas cuando te están incendiando el patio no es de recibo. Es hacer dejación de responsabilidad”, asegura. Y advierte que “la situación va agravándose porque el Gobierno español va cediendo. En esta famosa mesa de diálogo, todo se va hacia un lado. ¿Han cedido en algo los nacionalistas? No. ¿Están dispuestos a cumplir las leyes, por ejemplo? Es una petición de cajón. ¡Pero si desde el Govern se insta a que no se cumplan las leyes! ¿En qué han cedido los nacionalistas en la mesa de diálogo? Aquí ha habido cesiones y concesiones durante 40 años y no han servido para nada”. Y concluye: “No puedes estar pactando lo que pasa en España con quien quiere romper España”.
Lamenta que por mucho diálogo que haya, el acoso a los constitucionalistas siga igual. “Aquí se dice no a lo diferente. Lo malo es la perversión de la idea. El independentismo pone la ideología por encima del ciudadano. La persona es un instrumento, no el fin. Y hay tics con connotaciones supremacistas. Pueden cambiar las estrategias, las tácticas o lo que sea, pero el fin es el mismo y la metodología será la misma siempre. Su máxima es que el fin justifica los medios. Por algo se arma Europa: el nacionalismo sigue queriendo destrozar Europa. Es perverso”.
Contrarrestar la campaña internacional
El pasado 8 de diciembre, la cúpula de SCC fue recibida por el comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders. “Le llevamos los documentos que nos solicitó. Seguimos en contacto, pero las relaciones con el exterior no son únicamente a nivel institucional”, aduce. Los independentistas despliegan en el exterior una monumental campaña no sólo a través del Diplocat, el organismo que canaliza las relaciones diplomáticas de la Generalitat, sino a través de otros organismos, como las casi 50 oficinas comerciales que realizan tareas políticas y los grupos de apoyo financiados a través de otras estructuras.
“Lo que hacen es difundir sus mensajes tergiversados y manipulados a través de las universidades y de la calle. Pero el Gobierno español, que ha hecho una buena labor a nivel diplomático, no tiene instrumentos para contrarrestar esa estrategia. Es necesario que las universidades y las calles dispongan de información veraz sobre las cosas que pasan aquí. Y nosotros intentamos hacer esa labor en la medida de lo posible”.
¿Cómo lo hacen? Igual que en Cataluña: dentro de la comunidad, se establecen alianzas y pactos con otras plataformas en temas concretos, como la Mesa Cívica o Escuela de Todos; en el exterior, se intenta recibir información y realizar actos o tomar iniciativas con otras entidades.
«No se puede confiar en el independentismo»
Mata alerta que no se puede confiar en el independentismo. “No se pudo confiar en los Juegos Olímpicos del 92 y no se puede confiar ahora. La Barcelona del 92 es un ejemplo de creatividad, de ideas, de impulso, de ilusión… pero los nacionalistas intentaron boicotearla. No hay que olvidar a los hijos de Pujol haciendo campaña por el separatismo. Y en la ceremonia de inauguración de los Juegos, se encontraron a muchos activistas que querían reventar el acto’”, recuerda.
EL CONFIDENCIAL. Entrevista: Antonio Fernández. Fotografía: Societat Civil Catalana
SCC acusa a Sánchez de “abandonar” a los constitucionalistas a cambio de la mesa de diálogo