Mohamed Houli Chemlal, el único superviviente de la célula yihadista que asesinó a 16 personas y dejó más de 300 heridos en los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017, ha comparecido hoy engrilletado en la comisión de investigación parlamentaria sobre el 17-A para alentar la las teorías conspiranoicas que siempre ha defendido el líder de Junts, el prófugo Carles Puigdemont.

El terrorista, condenado a 43 años de prisión, ha aprovechado su intervención para defender su inocencia y lanzar acusaciones sin sentido contra el Centro Nacional de Inteligencia, al que ha señalado sin aportar ninguna prueba, en sintonía con la estrategia del separatismo catalán.

Es la primera vez que un terrorista que cumple condena comparece en el Congreso de los Diputados. Los partidos de la coalición gobernante -PSOE y Sumar- aceptaron la declaración del yihadista como parte del acuerdo de investidura con Junts para obtener el poder.

Cuando parecía que el Gobierno ya no podía caer más bajo en su humillación permanente ante el nacionalismo separatista, Por orden de un prófugo, un terrorista ha profanado la sede de la soberanía nacional. Nadie en el Congreso debió prestarse a tan nauseabundo espectáculo.

En Societat Civil Catalana nos preguntamos: ¿Qué hace un terrorista en el Congreso? ¿Por qué se le permite acusar al Estado sin pruebas? Definitivamente, la alianza mercenaria con los que buscan destruir España nos arrastra a la indignidad. Ya no existen líneas rojas.