La decisión del Tribunal Supremo de archivar definitivamente la causa por terrorismo contra el prófugo Carles Puigdemont por un defecto de forma en la instrucción del caso Tsunami Democràtic no borra los evidentes indicios de su responsabilidad como líder de la violenta revuelta de 2019.
La algarada posterior a la sentencia del procés se saldó con varios policías heridos, cuantiosos daños materiales y perjuicios económicos y un daño incalculable a la imagen internacional de España. Durante varios días, los ciudadanos vieron limitados sus derechos fundamentales por el caos reinante en las calles de Barcelona.
Hemos ejercido la acusación particular porque era lo que debíamos hacer. No nos desviaremos de ese camino.