29/06/2023
Elda Mata, presidenta de SCC: «PP y PSOE no deben pactar con partidos nacionalistas tras el 23-J» EL MUNDO

«La unidad de los partidos constitucionalistas frente al nacionalismo es uno de los propósitos fundacionales de Societat Civil Catalana (SCC). Por ello, su presidenta, Elda Mata, pide que el gesto del PP con el PSC en Barcelona, permitiendo que el socialista Jaume Collboni fuera investido alcalde, sea un punto de inflexión y que a partir del 23-J se traslade esa colaboración al Congreso. Para evitar que el nacionalismo condicione la gobernabilidad de España».

Después de las municipales, publicaron un comunicado pidiendo a PP, PSC y Vox que evitaran, allí donde tuviera opciones, la constitución de Gobiernos nacionalistas. Un mensaje pensando sobre todo para el Ayuntamiento de Barcelona.

La fuerza, la visibilidad, la proyección que tiene Barcelona podría haber dado mucha fuerza al movimiento independentista, con el frente que querían formar Xavier Trias y Ernest Maragall en la Alcaldía. Era evidente que avanzaban hacia esa alianza. Partidos como Junts y ERC, que pretenden quebrar el Estado de derecho y la convivencia entre españoles, no pueden gobernar la segunda ciudad más importante de España, así que hizo muy bien el PP. Lo que nos asombra es que, después de que avisáramos meses antes que Trias era un independentista radical, hasta última hora hubiera en Madrid gente que pensara que es un señor de Barcelona, de centroderecha y que su proyecto es recuperar un catalanismo moderado.

¿El gesto del PP con los socialistas en Barcelona debe ser un punto de inflexión? Por el momento, Pedro Sánchez sigue presentando al PP como un peligro para la democracia española.

Sin ninguna duda es un punto de inflexión, es importantísimo lo que ha pasado y muestra una manera diferente de actuar en Cataluña. El gesto de Daniel Sirera y el PP es mucho más importante que el que hizo Manuel Valls en 2019, evitando un alcalde de ERC, porque Valls no se iba a jugar el Gobierno de España en unas elecciones poco después, como sí harán en julio los populares. El gesto del PP tiene un horizonte de futuro que no podía tener el de Valls.

Esta convergencia de los partidos constitucionalistas, obviando sus diferencias, forma parte del ADN fundacional de SCC. Se consiguió la unidad constitucionalista en 2017, como reacción al golpe de Estado, pero desde entonces mandan las estrategias particulares.

Está muy bien que todos los partidos tengan como objetivo gobernar, siempre y cuando no se olviden del riesgo que suponen los nacionalistas para la democracia española. El Gobierno de Pedro Sánchez ha intentado hacernos creer que en Cataluña se ha vuelto a la normalidad, pero la respuesta de Trias, cuyo jefe es Carles Puigdemont, a la imposibilidad de gobernar Barcelona muestra el verdadero rostro del supremacismo catalán: consideran que solo ellos pueden y deben gobernar, porque se sienten superiores a los catalanes que no piensan como ellos. No han conseguido Barcelona, pero gobiernan muchos ayuntamientos e instituciones catalanas.

Estamos a las puertas de unas generales en las que el PSOE -y el PP puede tener la tentación si no alcanza la mayoría absoluta- buscará de nuevo acuerdos con el nacionalismo vasco y catalán.

Ni PSOE ni PP deberían pactar con los partidos que quieren destruir la democracia española. Debe haber unos ejes consensuados sobre lo que tiene que ser España como nación. Es muy difícil explicar a las instituciones europeas el peligro del nacionalismo en España, como hace SCC en Bruselas, si PSOE y PP pactan con ellos en las instituciones españolas. Es una manera también de desacreditar al constitucionalismo catalán. Por eso, nuestro comunicado para las municipales tendrá su continuidad en las generales.

Lamenta que el Gobierno de Sánchez hable de normalidad en Cataluña, pero la cúpula del PP en Madrid ha asumido, en parte, esa tesis y se ha restablecido el diálogo con la oligarquía nacionalista.

Hay un cierto interés en tapar la realidad de Cataluña, de curar una herida por encima pero que sigue supurando por dentro. Tenemos la sensación, en algunos momentos, de abandono por parte del Estado. Pensar que el nacionalismo ha renunciado a sus objetivos solo puede ser fruto del desconocimiento o, directamente, de un intento de blanquear el espacio político de Convergència y de la propia ERC, como ha hecho el Gobierno con los de Junqueras. El independentismo sigue trabajando, con una estrategia más alejada del foco, para romper con España. Y que nadie tenga ninguna duda de que JxCat y ERC se unirán, tarde o temprano, en un frente contra España.

¿SCC se ha visto con Sánchez esta legislatura?

No. Se lo pedimos formalmente, pero no lo consideró oportuno. Sí hemos tenido reuniones en la Moncloa. Es la primera vez que, desde la fundación de SCC, un presidente del Gobierno no ha querido recibirnos. Curiosamente, cuando Sánchez era líder de la oposición sí nos recibía. Seguramente, ahora le resultamos incómodos, como lo somos para todos los partidos, en general, ya que cada uno tiene su estrategia electoral. Mientras que nosotros la única estrategia que seguimos es hablar con claridad e intentar aportar una visión de lo que sucede en Cataluña.

¿Y con Alberto Núñez Feijóo?

Nos hemos reunido con él en varias ocasiones. Algunas a petición suya, otras, a petición nuestra.

¿Y con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès?

Igual que Sánchez, no nos ha querido recibir. Lo contrario que hicieron Artur Mas y Puigdemont, que sí se reunieron con nosotros. Aragonès siempre nos ha dado largas.

¿Cuál es su diagnóstico de lo que puede pasar en Cataluña tras las generales?

El nacionalismo no puede dejar las cosas tal y como están, han tenido un enorme fracaso en las municipales. Han perdido más de 300.000 votos. Van a volver a actuar unidos como pasa en Gerona con el nuevo Gobierno municipal, formado por la CUP, Junts y ERC. Por eso, pase lo que pase, el Estado debe ser siempre firme frente al nacionalismo. Lo principal es ceñirse al Estado de derecho. Si no hay cabida en la Constitución para un referéndum, el Gobierno no puede negociar con el independentismo una consulta, como intenta Aragonès. Marear la perdiz, haciendo ver que vas a dialogar sobre este asunto con el nacionalismo, es contraproducente, ya que hay que cortar rápido este tipo de propuestas y dejar claro que la norma común se cumple. Si no, la sensación que tenemos las personas que sí cumplimos con la ley en Cataluña es que el nacionalismo goza de un trato especial.

EL MUNDO. Entrevista de Iñaki Ellakuría.

PDF con la entrevista de El Mundo a Elda Mata

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