05/03/2023
Dolores Agenjo: «Este sistema de inmersión lingüística es una aberración porque divide a los niños entre aquellos que pueden educarse en su lengua materna y los que no»  

EL DEBATE

En la crónica «Tres testimonios de lucha contra la inmersión lingüística» El Debate entrevista a Dolores Agenjo, vocal de Educación y Lengua de Societat Civil Catalana. A continuación, compartimos algunos párrafos, así como el enlace a la noticia completa:

«Dolores Agenjo ha sido profesora directora de un instituto público. Lo era cuando Artur Mas impulsó el simulacro de consulta del 9 de noviembre de 2014. Ella se negó a entregar las llaves del centro, del Instituto Pedraforca, para que celebrara esta consulta. Actualmente es vocal de Educación y Lengua de Sociedad Civil Catalana.

Pero no es lo más común entre los directores plantar cara a la administración. «Lo que ocurre es que la mayoría de los directores, y por eso los han elegido, son seguidores, adeptos a la política lingüística de la Generalitat y a sus directrices nacionalistas. La mayoría, no todos, por lo que yo he podido conocer, comparten estas ideas. Son proclives a ponerse de parte de todo aquello que ordene la Generalitat, sea legal, roce la ilegalidad o sea declaradamente ilegal», nos explica Agenjo.

Ella también defiende que hay un porcentaje de directores que son «profesionales», que les gusta la labor docente, organizar y gestionar un centro y no son de ninguna tendencia política y les gusta hacer bien su trabajo y se ven, a veces, en una situación complicada. «Porque ya no es tanto que su cargo está en juego, que lo está, porque el nombramiento depende del Director General de Servicios Territoriales, sino que puede ser señalado por el resto de compañeros, puede ser objeto de críticas, a veces bastante duras, feroces y eso no a todo el mundo le gusta afrontarlo o tiene la fortaleza para afrontarlo», dice Dolores Agenjo.

Y ella sabe lo que es ser señalada, aunque no por parte de la administración, porque no tuvo tiempo: el simulacro de consulta se celebró en noviembre de 2014 y se jubiló el 12 de enero del año siguiente. Fue una jubilación anticipada, nos explica, y lo hizo «en parte para evitar cualquier tipo de represalia, no por parte de mis superiores directamente, porque hay muchas formas de hacerte la vida imposible». De hecho, a partir de esa negativa a obedecer una orden ilegal por parte de la Generalitat (el Tribunal Constitucional declaró ilegal esa consulta), recibió por correo multitud de amenazas, a veces amenazas de muerte e insultos por las redes. «Hay que tomárselo con un poco de tranquilidad y tener entereza para aguantar aquello», precisa, que insiste en que se jubiló «para evitarme todo este malestar y estas complicaciones que hubiera tenido si hubiera continuado», además de que quería cuidar a su padre enfermo.

Lo cierto es que «entre los directores prácticamente nadie se atreve a discrepar», y menos aún «los que nos oponemos a esta política extrema, nacionalista. Somos minoría y la gente no quiere complicarse la vida con sus compañeros en el día a día, quiere trabajar y hacer su trabajo, llegar a casa y no tener más problemas. El silencio no significa asentimiento, tampoco es eso. Pero hay un régimen coercitivo, que te silencia, que te impide expresarte libremente, porque corres el riesgo de ser señalado, de ser un maldito. Es así», nos cuenta Dolores Agenjo.

La exdirectora cree que entre un jefe directo, «que sabes que puede actuar contra ti», y unos jefes que están muy lejos, en Madrid, «y que piensas que no van a tomar medidas porque son impopulares», la mayoría opta por «obedecer a quien tiene más cerca, a quien ve con más posibilidades para coaccionarle, para hacerle la vida imposible. Es humano». Eso sí, Agenjo dice que otra cosa es que los tribunales requieran a los directores. En estos casos, señala, todos obedecen a los jueces, porque «ningún González Cambray, por muy consejero que sea, puede obligar a un director a incumplir la ley y enfrentarse a un tribunal».

Agenjo también considera que los padres que reclaman más educación en español son unos «héroes» porque saben que se enfrentan a un proceso muy largo y con muchas dificultades que incluye el acoso no sólo a ellos, sino también a sus hijos. Y lamenta que con este sistema de inmersión lingüística lo que se busque es la «sustitución lingüística en lugar de la convivencia lingüística. «Segrega y no favorece la cohesión porque divide a los niños entre aquellos que pueden educarse en su lengua materna y los que no. Eso es una injusticia como una casa, una aberración», resume Agenjo».

Acceso a la noticia completa publicada en El Debate: Tres testimonios de lucha contra la inmersión lingüística: «Tienen muchas formas de hacerte la vida imposible»

EL DEBATE. Crónica: Yolanda Canales

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