Elda Mata (Barcelona, 1953) es la primera mujer que preside Sociedad Civil Catalana. Entiende que el desafío independentista del 2017 «fue una deslealtad gestada durante años» y no solo fruto de unos exaltados. Arremete contra la ley electoral que da más peso a las provincias menos pobladas y pone el ejemplo de que se dice que «el 80 % de los alcaldes catalanes están con la Generalitat cuando representan al 20 % de la población».
—¿El nacionalismo está dormido?
—¿Estaba dormido en el 15, el 16, el 14?, no. Estaban preparando lo que quisieron hacer en el 2017. Y siguen igual. Desde el 2017 no hemos parado de oír que las mismas personas que se alzaron contra el Estado dicen que lo volverán a hacer. La percepción es que no volverá a ocurrir, pero por poco que rasquemos nos preguntamos qué derechos hemos recuperado, ¿es que podemos estudiar en español y en catalán?, no, ni siquiera se cumplen las sentencias del 25 %. ¿La neutralidad de los espacios públicos ha cambiado?, no. En la mayoría de los ayuntamientos la bandera sigue siendo la estelada, que ni es la oficial de Cataluña.
—Entonces, ¿no se ha avanzado?
—Yo vivo en un pueblo en la provincia de Gerona y si cuelgo de mi balcón la bandera española, que es la de mi país, ¿voy a tener la misma respuesta que tiene quien cuelga la estelada? No. Yo la primera providencia es que la tengo que colgar más alta porque van a ir a por ella. Ese vandalismo ya lo he sufrido. Entonces ¿todo esto ha cambiado? No. Es la percepción y la percepción que tenemos es una parte de la estrategia de un sistema nacionalista clientelar para seguir viviendo de todos los demás.
—¿La sociedad sigue fracturada?
—Cien por cien, absolutamente por la mitad sin ninguna duda. Hemos tenido tres reuniones en un centro cívico de Gerona capital y mis propios compañeros han dicho que tenemos que cambiar de sitio porque ya saben quiénes somos y pueden perder su trabajo. No hemos avanzado ni un milímetro.
—¿A qué lo atribuye?
—El Gobierno de la nación no defiende los derechos de todos los españoles por la geometría parlamentaria.
—¿Qué papel jugó SCC?
—Convocar una manifestación el 8 de octubre del 2017 fue indispensable para dar esa imagen de que la mayor parte de los catalanes estábamos en la calle y Cataluña no es desleal a España. Si la sociedad civil no sale en ese momento, quizás a estas alturas todavía estaríamos peor. La manifestación fue un golpe a los partidos nacionalistas.
—¿Se puede repetir otro 2017?
—No tengo ninguna duda de que lo van a intentar. Y lo dicen, y que van a intentar tener una amplia base.
—En 5 años algo habrá cambiado
—Absolutamente nada, nada, nada. La Generalitat está instando a los colegios a que no cumplan la ley. Hace decretos y leyes para burlar el Estado de derecho. Han minado la democracia con un prodigioso sistema de ingeniería social para que el nacionalismo sea hegemónico.
—La calle está más tranquila
—La situación de base no está mejor. Lo que no es aceptable en una democracia es que nos sintamos bien porque no se queman contenedores. Lo anormal es que se quemen y lo habitual sería que en un Estado civilizado se cumplan las sentencias.
—¿Qué opina de los indultos?
—Nos opusimos, porque son un cromo más de esa geometría parlamentaria que sirve para seguir gobernando en España. En Cataluña tenemos una dictadura nacionalista y esto no se arregla con indultos o con darles más dinero, se arregla con la ley.
LA VOZ DE GALICIA. Entrevista: Mercedes Lodeiro. Fotografía: Societat Civil Catalana