Elda Mata (Barcelona, 1953) se ha convertido en la primera presidenta de Sociedad Civil Catalana (SCC), la entidad cívica de referencia para el constitucionalismo en Cataluña. También aporta como novedades su perfil de empresaria, su procedencia de fuera del Área Metropolitana de Barcelona (se mudó a un pueblo de Girona con veintipocos para hacerse cargo del negocio agrario de su familia, perteneciente a la burguesía textil catalana), y que no tiene carnet de ningún partido político, aspectos que influirán en su mandato estrenado a principios de abril y al que prevé dedicarse de lleno, ya que está jubilada.
¿Qué objetivos clave se marca durante su presidencia?
Revertir la situación en Cataluña respecto a sus instituciones políticas y sociales. Se ha hecho un trabajo de ingeniería muy bien orquestado por parte de los gobiernos autonómicos catalanes desde el inicio de la democracia que es permear todas las instituciones políticas y civiles bajo la ideología nacionalista para controlar todo lo que pasa en Cataluña, desgraciadamente no por el bien común de los catalanes, sino para perpetuar una situación de clientelismo y beneficio de unas élites, que es lo que tenemos hasta ahora. Queremos liberar del nacionalismo a las instituciones políticas y sociales, visibilizar los perjuicios del nacionalismo, crear vínculos contra la fractura social interna y con el resto de España, y tener estabilidad y seguridad jurídica. Perder la sede de la Agencia Europea del Medicamento fue de tal envergadura… y no tengo ninguna duda de que no vino a Barcelona por la inestabilidad e inseguridad jurídica catalana de 2017.
Afirma que denunciarán cualquier ilegalidad…
Es indispensable que se cumpla la ley. Es inaudito que las instituciones provoquen que se salte la ley o se manifiesten contra una sentencia judicial, hay que revertirlo. Que se vayan las sedes de las empresas más importantes de Cataluña hace que se traslade la toma de decisiones y el centro de poder. Es una Cataluña de segunda división, eso es lo que nos ha traído el procés, aunque el procés es solo una etapa dentro del movimiento nacionalista.
Quiere ampliar el movimiento constitucionalista en la Cataluña interior ¿cómo prevé conseguirlo?
Debido a que no tenemos una ley electoral propia que no se ha querido cambiar porque unos u otros se consideraban perjudicados en los últimos años, el constitucionalismo pierde las elecciones fuera del área metropolitana de Barcelona. Vamos a colaborar todo lo posible para movilizar y que cale la conciencia de que la situación hay que revertirla porque vamos al caos institucional y económico que no beneficia a nadie. Los partidos nacionalistas han utilizado el señuelo de la independencia para organizar su propio chiringuito y perpetuarse. La situación perjudica a los catalanes.
Una de sus líneas estratégicas pasa por la movilización…
Cuanto más visibles seamos, más fuerza tendremos. Cuando salimos en la manifestación de 2017 causó un gran impacto porque se vio que no solo los nacionalistas son capaces de movilizar. Lo que pasa es que cuando te subes en un autocar en la Cataluña interior para participar en el 11 de septiembre te aplauden, pero si es para el 12 de octubre te miran y te apuntan. Hay cuatro millones de catalanes viviendo fuera del área metropolitana de Barcelona, pero dispersos, y todo el mundo se conoce. Esto tiene consecuencias, como que no inviten a tu hijo a los cumpleaños. Conozco empresarios que han tenido que poner un testaferro en sus empresas para no verse perjudicados, porque no es que les dejen de contratar, es que les dejan facturas por pagar.
No tiene carnet de ningún partido, pero SCC tiene históricamente vínculos con varios ¿Qué relación prevé tener con los partidos constitucionalistas?
Lo más fluida posible, continuada, leal, y vamos a colaborar todo lo posible porque queremos un gobierno catalán constitucionalista y en las elecciones no van a votar a SCC para presidir la Generalitat, sino a un partido. Haremos todo lo posible para que los 700.000 catalanes que se quedaron en su casa en las últimas elecciones autonómicas del 14 de febrero de 2021 no lo vuelvan a hacer. Si logramos ilusionar a estas personas, el cambio es posible e imprescindible para frenar la decadencia actual. Cuanto más bajemos, más nos va a costar subir.
Lamentan el daño que ha hecho el ‘procés’ a la economía catalana y le ponen cifras
Solo el 6% de los catalanes considera que el procés ha beneficiado a Cataluña. Madrid crea más empleo y se lleva la mayoría de la inversión extranjera, los hubs portuarios de Valencia y Galicia son potentísimos, Andalucía está pujante y ya crea más empresas que Cataluña La Generalitat debe estar al servicio de los ciudadanos para gestionar el bien común, pero solo se gestiona la parcela del nacionalismo. Es doloroso y una vergüenza que se admita que todavía no se dan las condiciones para que las empresas que han movido la sede fuera de Cataluña decidan volver. El nacionalismo siempre culpa a otro, el famoso Madrid nos roba, pero el que roba a Cataluña es el procés. España no es el enemigo. Cataluña vende más a Castilla-La Mancha que a China, y más a Aragón que a toda Francia.
Reprocha el silencio del poder económico.
El motor económico de Cataluña ha admitido ser cuperizado por los gobiernos autonómicos. Esa burguesía industrializada no se ha sentido ofendida cuando el presidente de la Generalitat no ha recibido por ejemplo al presidente de Volkswagen ¿Cómo no lo hemos exigido? ¿Cómo no hemos salido cuando Oriol Junqueras en 2017 decía que era igual que se fuesen 3.000 empresas de Cataluña porque seguía habiendo 245.000? ¿Cómo no hemos puesto pie en pared para parar tal despropósito, tal desvergüenza y tal falta de respeto a los ciudadanos de Cataluña? Y hemos pasado a una irrelevancia internacional penosa. Ahora hay empresarios llamando a nuestra puerta para ver qué se puede hacer, pero la pena es que llaman porque la situación está ya muy deteriorada. En 2010 estábamos en el puesto 98 de competitividad en Europa y en 2019 en el 161, todo por demérito nuestro, pero la ventaja es que eso se puede corregir porque es responsabilidad propia. Como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena.
Defiende que el suflé nacionalista no ha bajado.
Ceder nos ha traído adonde estamos. Esto hay que frenarlo. El programa independentista no se ha desactivado en ningún momento. Si no pones coto, acaban haciendo lo que dijeron que harían. ¿Los indultos del juicio del procés por saltarse la ley han cambiado algo? No he oído a nadie arrepentirse, todos dicen que lo volverán a hacer, solo se diferencian en si dicen que será antes o después, y en la estrategia.
EL ECONOMISTA. Entrevista: Estela López. Fotografía: Luis Moreno.
Elda Mata (SCC): «El ‘procés’ nos ha traído una Cataluña de segunda división»